La emoción presidió la despedida de los párrocos del Convento en La Solana

Jesús Navarro y Javier García de León durante su misa de despedida en La Solana
La misa fue concelebrada por los dos párrocos in sólidum Jesús Navarro y Javier García de León

Con la parroquia de San Juan Bautista de la Concepción (La Solana) completamente llena de fieles, se despidieron de su feligresía los sacerdotes que en los últimos años han estado al frente de ella, además de las de San Carlos del Valle y Pozo de la Serna. La misa fue concelebrada por los dos párrocos in sólidum Jesús Navarro y Javier García de León, que contaron con la participación de componentes de diversos grupos en la celebración, así como el coro del templo en la parte musical.

Finalizada la lectura del Evangelio, Jesús Navarro se dirigía a los fieles, destacando que no es partidario de llevar escritas las homilías, pero que en esta ocasión sí lo había hecho para que la emoción no lo frenara. Centró su intervención en las palabras de quien llamó “un profeta de nuestro tiempo”, el Papa Francisco, comenzando por la palabra perdón, pidiéndolo personalmente por las veces que la feligresía lo había buscado y no lo habían, encontrado, así como por su falta de paciencia o caridad.

La segunda palabra la tuvo para recordar a Jesús, aludiendo a los tiempos difíciles que le había tocado vivir, la creatividad en la catequesis, la caridad, el culto en las calles, los síes que había recibido cuando lo había solicitado a distintos grupos de la parroquia. Fueron momentos en los que Jesús Navarro llegó a estar embargado por la emoción, pasando a recordar la importancia de la oración, agradeciendo igualmente la acogida tenida en el barrio de Santa María y el buen trato recibido por sus padres.

Otro momento de la celebración en la parroquia trinitaria

 

En la tercera palabra recordó que vivimos en un mundo lleno de propuestas, pero en el que sólo el seguimiento a Dios y a Jesús lleva a la felicidad, recordando que en la fe y la Iglesia cada vez son menos los que se comprometen, pidiendo a la feligresía el compromiso con la evangelización, que no debe ser sólo mantener tradiciones porque para ello ya existen otras instituciones. Aludió a los cambios que se avecinan en la Iglesia, que no tardarán mucho en llegar ya que, dijo, cada vez somos menos los sacerdotes, añadiendo que piensa que la parroquia está preparada para hacerle caso al Espíritu Santo.

Antes de finalizar la misa, el otro párroco, Javier García de León, también se dirigió a los asistentes, afirmando que era un día especial para él, dando gracias a Dios por haber servido a las parroquias de la Unidad Pastoral, en las que se ha querido consagrar como sacerdote al servicio de Dios y del pueblo. Recordó que esos dos años de ministerio sacerdotal han representado mucho en su vida, dando gracias a Dios por haber podido servir a los fieles y por el trabajo realizado con tantos grupos de la parroquia, momento en el que, asimismo, le embargó la emoción. Agradeció a su compañero Jesús el trabajo que habían realizado conjuntamente, destacando que había sido un gran regalo y lo que había aprendido como pastor se lo debía a él.

Dijo que el mundo está en continuo movimiento, pero añadió que Cristo siempre está con nosotros, al mismo tiempo que invitaba a los fieles para que acogieran a los nuevos pastores que van a venir a la parroquia, Oscar y Feliciano, con el mismo cariño que a los que se van. Los numerosos asistentes, que llevaban el templo, dedicaron un prolongado aplauso a los sacerdotes que se despedían, que fue correspondido de la misma forma por ellos desde el altar.

Conviene recordar que Jesús Navarro ha permanecido seis años como párroco, mientras que Javier García de León lo ha hecho en los dos últimos. El primero ha sido trasladado a Villarrubia de los Ojos y el segundo al Seminario de Ciudad Real.