Ensayos en tu barrio: “Hemos conectado con la gente”
La Solana ha vivido este verano una experiencia cultural inédita gracias a la Asociación Amigos de la Música del Centro de Mayores, que bajo la dirección de Antonio Serrano Montoya impulsó durante julio los llamados ensayos en tu barrio. La iniciativa, organizada en colaboración con el Ayuntamiento, se presentó oficialmente como Jornada de Folklore y Tradiciones Populares, y convirtió distintos espacios de la localidad —el parque de La Veguilla, la plaza de toros, la explanada del mercado y la Plaza Mayor— en escenarios abiertos donde música y baile se acercaron directamente a los vecinos.
En declaraciones a Radio Horizonte, Serrano valora el proyecto con notable alto. Reconoce que los primeros ensayos estuvieron marcados por nervios y repeticiones, pero subraya que lo importante era mostrar al público “las tripas” de la música: el esfuerzo cotidiano que hay detrás de cada actuación. “Ese contacto cercano ha permitido que los espectadores entendieran mejor la labor de los músicos y vivan el ensayo como un proceso colectivo, con aciertos y errores incluidos”.
Uno de los principales objetivos era implicar al público, y no solo como mero espectador. Tras cada ensayo, los vecinos eran invitados a bailar jotas tradicionales, incluidas versiones picarescas que evocaban las fiestas de antaño. “Tuvimos buena respuesta en La Veguilla, más discreta en la plaza de toros y mucho más animada en el mercado y en la Plaza Mayor, donde decenas de personas acabaron compartiendo el escenario con los músicos”.
Más allá de lo lúdico, Antonio Serrano insiste en la necesidad de rescatar y mantener vivas las tradiciones populares. En este sentido, enlaza su labor con que desde hace décadas realiza la histórica Agrupación Folklórica Rosa del Azafrán. Entre sus planes figura organizar jornadas dedicadas a la vestimenta tradicional o promover actividades que permitan reflexionar sobre la evolución social a través de la indumentaria y las costumbres.
El director también ensalza la dimensión social y emocional de estas actividades. Recuerda, por ejemplo, el agradecimiento de dos vecinas de La Veguilla que no podían desplazarse hasta la Plaza Mayor y que se emocionaron al ver cómo la música llegaba a su barrio. “Ese es el verdadero valor de la cultura comunitaria: llevarla a donde están las personas”, resume.