La defensa de la democracia antes y después de aquel 20N
Hoy, 20 de noviembre de 2025, hace 50 años que murió el dictador Francisco Franco. Esta efeméride tiene algo particular, y es que lo importante no es el hecho histórico que se conmemora en sí mismo, sino todo lo que pasó antes y todo lo vendría después. Hoy debemos poner la mirada en la dura lucha por la democracia y la libertad antes de aquel 20 de noviembre de 1975 y en todo lo que se inició a partir de aquel momento hasta llegar a la senda democrática por la que hoy avanzamos juntos como país.
Hablemos de lo que supuso la llegada de la libertad y de la democracia, de quienes la defendieron y de quienes la iniciaron y, sobre todo, de por qué. Es muy importante comprometernos ahora en fortalecer esta democracia que lucharon y construyeron otros antes que nosotros, que hoy nos permite trabajar por la igualdad, el progreso y el bienestar de nuestro país y que protegerá el futuro de las próximas generaciones si la sabemos cuidar.
Tenemos que hacerlo además sin olvidar la oscuridad en la que vivió nuestro país durante 40 años de dictadura. Como demócratas tenemos el deber de recuperar la memoria de las víctimas y la historia de todo lo que ocurrió para que no se repita. Es nuestra responsabilidad ser conscientes de que esa luz que llegó con la democracia no ha sido aún suficiente para sacar de las sombras aquella represión que ejerció la dictadura franquista aniquilando la libertad, la justicia y la igualdad y a quienes defendían estos valores.
No podemos dar la democracia por hecho. Ha pasado prácticamente medio siglo y hoy es vital dedicar tiempo y recursos a explicar la historia de la dictadura y de la democracia, sobre todo a los jóvenes que ya nacieron en ella. Debemos, además, rechazar y rebatir aquellos discursos que ahora la deshumanizan y atacan disfrazando como novedad un odio antiguo, conocido, e incluso sufrido, por la mayoría de este país.
De la Transición que se inició tras la muerte del dictador, tenemos mucho que aprender. Apostemos por el diálogo con el otro en la defensa de nuestras ideas, abandonemos la crispación y volvamos a estrechar aquellos lazos que unieron entonces a personas ideológicamente antagónicas que comprendieron, cada uno desde su proyecto de país y con enorme generosidad, compromiso e inteligencia; que, por encima de sus diferencias, estaba la puesta en marcha de la democracia de hoy.
Esta democracia se construyó como una senda abierta e inmensa para todos independientemente de cualquier condición individual. La democracia de nuestro país fue, y sigue siendo, un proyecto colectivo, un camino de deliberación, de diálogo, de generosidad, de conciencia social, de valentía ciudadanía, de afán por ser un país de derechos, libertades, bienestar, progreso e igualdad de oportunidades.
La muerte del dictador es un hecho histórico y la democracia es un camino. Es el camino de quienes la defendieron y lucharon antes de aquel 20 de noviembre de 1975, de quienes la construyeron después durante la Transición, de quienes hoy la disfrutamos y debemos fortalecerla con responsabilidad y compromiso y de quienes, si lo hacemos bien, la podrán vivir mañana.
* José Manuel Caballero Serrano
Secretario General del PSOE de la provincia de la Ciudad Real