Las amistades peligrosas

Jesús Martín en la noche electoral

¿Quiénes hemos ganado?

Pío Cabanillas, tal vez, o no, después de una jornada electoral…

Je trouve toujours choquant et blessant de s’arroger le monopole du cœur. Vous n’avez pas, monsieur Mitterrand, le monopole du cœur. J’ai un cœur comme le vôtre qui bat à sa cadence et qui est le mien et ne parlez pas aux Français de cette façon si blessante pour les autres

Valéry Giscard d'Estaing a François Miterrand,

en el debate presidencial de 1974

Las elecciones municipales en Valdepeñas han dado como resultado tres partidos políticos y una coalición rotundos vencedores y una coalición y tres partidos políticos perdedores estrepitosos. Y solo había tres partidos y una coalición. ¿Paradoja matemática irresoluble? No: trivialidad habitual tras unos comicios. Todos han ganado y todos proclaman la derrota de los otros. Pero en este caso, el tópico es especialmente intenso en su carga política, habida cuenta del desarrollo de la política municipal en los últimos tiempos y de la precampaña y la campaña electorales. El mantra del Señor Alcalde (en funciones e in pectore, candidato electo como cualquier otro) dirigido a la Señora Portavoz del PP «siga usted haciendo lo que hace, que a mí me va bien que lo haga» se ha revelado no tan certero. En cuanto a los resultados, el PP, desde luego, no ha ganado las elecciones: las ha ganado, obviamente, el PSOE. Pero partiendo de las expectativas de los dos partidos, le ha ido mejor a aquel que a este, a la espera de cierta resolución judicial, relativa a actos de precampaña de dudosa moralidad, que podría dar al traste con la comprensible euforia de quienes han obtenido mejores resultados de los que esperaban. Desde el punto de vista de los objetivos, el PSOE se va a ver muy lastrado por la necesidad de negociar, esporádica o sistemáticamente, con Unidas por Valdepeñas (UxV), se supone que la coalición candidata a entenderse mejor, por proximidad «topológico-política», con el partido de Jesús Martín, quien no ha venido propiciando en los últimos años una buena relación con Alberto Parrilla y sus compañeros. Y eso es mucho suponer: cabe pensar que la gente de IU (formalmente, UxV durante cuatro años) le tenga guardadas unas cuantas al Señor Alcalde en funciones y que incluso, llegado el caso, reconozca, como buenos leninistas que deben ser, en PP y VOX aliados objetivos esporádicos («los enemigos de nuestros enemigos son nuestros amigos») con los que montar una pinza contra Martín y el PSOE, con vistas incluso a forzar nuevas elecciones. ¿Podría llegar UxV a tragarse sus principios ideológicos «con todo el dolor de nuestro corazón y con la nariz tapada, por el bien de Valdepeñas», o por pura táctica de desgaste, zapa y tierra quemada con vistas a 2027 o incluso antes, y a aliarse con PP y VOX? La misma pregunta se le puede formular a VOX, que tampoco gana las elecciones, pero, como el PP, incrementa un 50% su representación, tras llamar a los ciudadanos a «votar en masa», lo que es un error conceptual gravísimo: o se es ciudadano, o se es «masa»…A menos que sea esa, precisamente, la idea que tienen de la ciudadanía, quizá por haber leído mal a Ortega. Durante los próximos cuatro años penderá una espada de Damocles sobre la cabeza de Jesús Martín, ya que la pinza PP-VOX-UxV es inverosímil, pero no imposible… Saldrá a relucir la verdadera fuerza personal (moral y política), ya que no aritmética, del Señor Alcalde en funciones e in pectore, candidato electo como cualquier otro, y de su equipo.

¿Cabe la posibilidad de un pacto de gobierno PSOE-UxV que garantice la estabilidad, a cambio de una concejalía o un teniente de alcalde (o los dos cargos, porque dos son los representantes electos de UxV)? El Señor Alcalde en funciones ya ha manifestado que no. Pedro Sánchez dijo, y Emiliano García Page insistió en ello, que con Bildu y ERC, ni a la vuelta de la esquina. Que pactar con Podemos le impediría dormir por las noches. Es el momento para Jesús Martín de aclarar si se afilia al «sanchismo» más venenoso, o se mueve en otras coordenadas políticas más sólidas. Las del sentido común y la cotidianidad ciudadana que caracterizan a quien siente grima y asco ante aquellos pactos. La toxicidad de Podemos ha quedado de manifiesto, incluso por los resultados obtenidos por IU en Valdepeñas al ir en coalición con el partido de Iglesias («un iluminado», Jesús Martín dixit), Montero, Belarra y demás patulea. 2+1=2. Buena parte del crédito que podría haber obtenido Alberto Parrilla y su equipo entre la ciudadanía de izquierdas insatisfecha con el miterrandismo del PSOE, se ha esfumado por una estrategia electoral extravagante y una campaña que parece haber sido diseñada por su peor enemigo… Y sin embargo, UxV gana en capacidad de influencia (habrá quien diga, con cierta razón, «de chantaje») en la política municipal, llegado el caso de que el PSOE tenga extrema necesidad de apoyo para la aprobación de alguna medida de gran relevancia. La gestión de esa capacidad de influencia será la piedra de toque de los cuatro próximos años para UxV: o pinza con PP y VOX o colaboración exigente, pero honesta y sin caprichitos idealistas y abstractos con el PSOE. A Alberto Parrilla y su equipo se les presupone (y a muchos nos consta) una bonhomía y un deseo real de hacer lo mejor por Valdepeñas. Tienen cuatro años para demostrarlo. Ellos sabrán…

 

Nota bene: Preparando esta columna, el autor recibe en el teléfono la alerta de un periódico digital con relación a la disolución de las Cortes y la convocatoria anticipada de elecciones generales para el 23 de julio de 2023. Los catastróficos resultados electorales del 28 de mayo en casi toda España, A) (Hipótesis benévola) fuerzan a Pedro Sánchez a reconocer lo insostenible de la situación para la coalición de gobierno y a conceder graciosamente a la ciudadanía la posibilidad de rectificarla en el menor plazo posible. Cae en pleno verano. Con media España de vacaciones. Mecachis, qué mala suerte… B) (Hipótesis malévola) Los resultados del 28-m mueven a Pedro Sánchez a convocar elecciones inmediatamente para que caigan en verano y le beneficie (a ÉL) la muy previsible alta abstención estival y el cansancio de la ciudadanía por dos precampañas y campañas casi sin solución de continuidad, sin reconocimiento previo del fracaso de su gobierno, antes bien, aprovechando una declaración institucional en el Palacio de La Moncloa (con mención formal del Jefe del Estado) para defender su gestión y la de su partido (y la de sus socios). Decidirá la ciudadanía. Pero, previamente, habrán de decidir los votantes, simpatizantes, afiliados y cuadros, inferiores y superiores, del PSOE si van a seguir respaldando a Pedro Sánchez, o si lo mandan, como el Calígula de Albert Camus a sí mismo, a la Historia.

 

Ángel Luis Rivas Lado

Ciudadano