La prisión exprime el alma de los reclusos. Cuentan que hay que integrarse en una nueva sociedad la cual puede aceptar a los nuevos residentes o no. José Luis Ábalos y Koldo García se encuentran juntos en la misma celda en el centro penitenciario Madrid V. Ahora se encuentran ante otro tipo de oscuridad. Víctor Ábalos ha declarado recientemente que han depositado sobre su padre el peso de toda la cloaca de su partido político. Tan alto apunta y tan arraigada parece la trama que describe, que no parece posible descabalgar la cloaca de los hombros de su padre. Entre otras cosas, porque en su celda le acompaña el pocero mayor de dicha cloaca: Koldo García. Tal vez el error del ex ministro fue traspasar la tapa de la alcantarilla y bajar hasta el fondo. No debió permitir mancharse el traje y tampoco debió permitir que el jefe mayor de la red de saneamiento se convirtiera en su sombra. A lo mejor ahora, el ex ministro y el asesor son más humanos y menos mamíferos. Su conducta fue tan primaria que, en lugar de tener hemisferio izquierdo y hemisferio derecho en el cerebro, tenían, como tantos otros, hemisferio norte y hemisferio sur en su abdomen para según qué apetencia.
A veces, las crisis son buenas para romper con una forma de vida que no se podían abandonar. Y, como suele ocurrir, ya se ha enarbolado la manta. Más que una manta, el Estado debería contratar la producción anual de Paduana, a tenor de la cantidad de mantas precisas para tapar sus asuntos. Además, por supuesto, de una preciosa manta con borlas, bodoques y pasamanería para el Rey emérito que publica libros inoportunos para la Corona. No parece factible tirar de tanta manta y poder así descubrir y probar tanto secreto incorrecto.Víctor Ábalos, hijo del ex ministro, parece un hálito de normalidad en este asunto siquiera por conceder una entrevista defendiendo a su padre y por visitarlo en la cárcel. Sin embargo, produce cierta impotencia entrever que él solo no puede enfrentarse a ese poderoso aparato bien engrasado. Las inercias del poder son tercas y la voluntad de los silencios institucionales, también.
A lo mejor ahora, el ex ministro y su asesor recuerdan qué era la vida modesta. Y, continuando en el mundo de los sueños, quizá sea posible que los dos nuevos reclusos se reencuentren con placeres simples de esos que te reconcilian con la vida. ¡Y a lo mejor Ábalos descubre qué es eso del deporte y Koldo descubre la lectura!
Las crisis son buenas porque son la oportunidad para cambiar lo que era necesario cambiar. ViktorFrankl, superviviente de cuatro campos de concentración nazis, afirmó en su libro El Hombre en busca de Sentido que “el que tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo" La prisión de Soto del Real es mala y mucho peor, nos tememos, es la prisión que cada uno de ellos ya llevaba dentro. Ahora tendrán que vivir encontrando sus “porqués”
