Brexit. Punto y seguido

Es muy complejo y arriesgado opinar sobre el llamado Brexit en el Reino Unido. Pero, algo hay, que en mi opinión, es indiscutible. Es la controversia del independentismo, guiado siempre por el falso espejismo de un nacionalismo patriótico, contra el convencimiento de que la unión basada en la diversidad nos hace más sociables y más fuertes. El 23 de junio de 2016 tuvo lugar el referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, también conocido como Brexit; el resultado fue que el 51,9 % de los votantes eran partidarios de abandonar la UE, frente a un 48,1 % partidario de permanecer. Del resultado se deducen dos graves consecuencias.

En primer lugar, que una medida que afecta a toda la sociedad, no puede imponerse porque lo prefieran un pelín más de la mitad. Este tipo de medidas deben sustentarse en mayorías mucho más cualificadas. Y en segundo lugar, el engaño sociológico al que conduce un patriotismo excluyente. Y ahí es donde quiero llegar. La exaltación del “yo” frente a los demás; la preponderancia del “frente a ellos”, en lugar de “con ellos” ha sido la causa, en muchos momentos de la historia, de los grandes enfrentamientos, de los grandes conflictos.

Los líderes políticos que buscan con denuedo su éxito, su espacio electoral, en la visceral confrontación de un nacionalismo patrio, se equivocan. Sean conscientes o no, la realidad es que producen separación, enfrentamiento, conflicto. Si lo hacen por convencimiento ideológico, o por simple mecanismo estratégico, da igual. El resultado es el mismo: una sociedad dividida y enfrentada, que nos lleva a conflicto seguro. Los líderes políticos que lo han hecho y que lo siguen haciendo, logren o no sus objetivos, el daño que hacen es tremendo. Ha sido siempre, y sigue siendo la ultraderecha, y a veces una derecha permisiva que los acompaña, la causa.

No hace falta decir nombres y apellidos. Solo dejar claro que a estas alturas de la historia, sumergidos en pleno siglo XXI, quien no entienda que la sociedad es plural y diversa, quien no entienda que la unión nos hace más fuertes, quien no entienda que la fortaleza nace del diálogo y el consenso, está fuera de juego. Y alertar, alto y claro, que los enemigos del pluralismo y la convivencia, están ganando la batalla en demasiados lugares; y que es la misma sociedad la única que tiene en sus manos frenarlo, evitarlo. Todo aquello que huela a “Brexit” o a “Trumpismo” perjudica gravemente la salud.

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