viernes. 29.03.2024

Corridas de toros y otras controversias eternas por resolver

Artículo escrito por Izquierda Unida Valdepeñas

El reciente caso de la prohibición de las corridas de toros de Gijón ha reforzado la polémica entre partidarios y detractores de la llamada (casi provocadoramente) Fiesta Nacional.

Y esa polémica resulta apasionante si  no nos quedamos sólo en la corrida, el toro y el torero sino que relacionamos estos conceptos cardinales con temas estrechamente vinculados y que nos llevan a un debate de altura.

Afortunadamente, Internet rebosa de textos que enriquecen las opiniones y argumentos que defienden hasta con admirable sofisticación (otra cosa serán los intereses que se defienden) las posturas a favor o en contra y las cuestiones colaterales que conllevan. Permitidme que juegue con algunos textos extraídos de diferentes publicaciones.

Veamos, como ejemplo, una defensa de la corrida:

La corrida de toros desde la óptica funcional es un proceso de selección en función de la conservación del tesoro genético que contiene las diferentes razas del toro de lidia. Se puede entender como una exposición bovina en la que la res que se califica es brava.

Y ahora, una acusación implacable:

Es inicialmente una de las manifestaciones más explícitas de especismo. Es un acto anacrónico, bárbaro, denigrante, abusivo, violento, cruel y sangriento, que muestra lo más bajo que puede llegar a hacer un ser humano con otros seres vivos sintientes a quienes considera objetos prestos a cumplir con sus designios. Es un acto de tortura legalizada.

Aquí una opinión que quiere presentarse como razonada y razonable: El toreo es el arte de reducir la fiereza del toro hasta su sometimiento. Consiste en aprovechar los instintos de un animal mediante movimientos calculados al milímetro, que suponen la comprensión de sus reacciones para formar un juicio inmediato, de cuya precisión dependerá el éxito o el fracaso de la empresa. Deberíamos tener en cuenta que el éxito de la empresa conlleva la muerte del animal que el público disfruta cuando la faena es ajustada a los cánones.

Veamos también el contexto histórico:

España no ha estado interesada en la protección de los animales. En la segunda mitad del siglo XX, España fue sometida a una dictadura, que no era propicia a la protección de los animales. Fiestas que involucran o involucraban animales en las que siempre acababan sufriendo, era una forma de entretenimiento profundamente enraizada en la cultura popular. No sólo se utilizaron toros, sino también otros muchos animales como caballos, patos, gallos, cabras y pavos.

La protección animal nos lleva a la denuncia de la práctica del maltrato animal

La tauromaquia no es más que una forma de maltrato presente en nuestra sociedad, naturalizada y aceptada por muchos. Nuestra sociedad está evolucionando, ver morir a un animal ya no es arte ni cultura, es un maltrato cruel y bárbaro, propio de un ser poco cultivado.

¿Por qué abandonar o matar a un gato o perro sí está condenado como un delito y matar a un toro en la plaza mientras cientos de personas lo ven no lo es? ¿Qué intereses económicos y políticos hay detrás de todo esto?

Lamentablemente, la tauromaquia no es el único tipo de maltrato animal.

La crueldad hacia los animales es el tratamiento que causa sufrimiento o daño a animales. La definición de sufrimiento inaceptable varía. Algunos consideran sólo el sufrimiento por simple crueldad a los animales, mientras que otros incluyen el sufrimiento infligido por otras razones, como la producción de carne, la obtención de piel, los experimentos científicos con animales y las industrias de avícolas.

Espectáculo en crisis

La pandemia de enfermedad por coronavirus de 2019-2020 supuso un duro revés para la continuidad del espectáculo, ya que, por cuestiones de salud pública, hubieron de suspenderse grandes eventos taurinos del año 2020, como la Feria de San Isidro, la Feria de Abril y los sanfermines. El confinamiento podría suponer una estocada mortal para un controvertido espectáculo.

Reacciones ante la utilización de fondos públicos

Los Animalistas lanzan la campaña '#EstoLoPagasTÚ', contra la inversión de fondos públicos en la tauromaquia. La plataforma 'La Tortura No Es Cultura', plantea una recogida de firmas a través de la plataforma Change.org, que cuenta con el apoyo de más de 6.300 personas.    De este modo, reclaman la eliminación "al cien por cien" de las subvenciones públicas a la tauromaquia que se destinan desde "la Política Agraria Común (PAC) y el programa CREA europeos, el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Agricultura, comunidades autónomas, diputaciones y gobiernos municipales".

En diciembre de 2015 se aprobó por el Ayuntamiento de Ciudad Real el fin de las subvenciones a los espectáculos taurinos. Sin embargo, el de Valdepeñas se gasta en torno a los 18.000€ por temporada habiendo renovado este año también la prórroga del pliego.

Dicho lo anterior, debemos tomar conciencia de que no se trata de reproducir la célebre pelea goyesca entre gañanes y a garrotazos sino de alcanzar un conocimiento razonado y documentado sobre este tema que tiene relación con el peso de las tradiciones, con el nivel sociocultural y con el planteamiento de una forma de vivir el mundo que salvaguarde las irrenunciables condiciones de vida y bienestar de los seres vivientes y sintientes.

En pocos días iniciaremos los trabajos  para lanzar una campaña de divulgación y de intercambio de ideas e iniciativas dirigida a quienes quieran acompañarnos en esta razonable reivindicación animalista.

Corridas de toros y otras controversias eternas por resolver