sábado. 15.03.2025

Dialogar y pactar

Una parte importante de la política, si no la fundamental, es dialogar y pactar. Quien no quiera, o no sepa, dialogar y pactar nunca será un dirigente válido para ejercer un liderazgo y trabajar por el bien común, que es el objetivo de la política. Entrar ahora en si se ha troceado, o no, “el decreto ómnibus” es de un infantilismo, por no decir otra cosa, que no conduce a nada. En política se hace imprescindible dialogar y pactar. Y ello lleva consigo discutir y ceder. Lo que se discute y se cede, lo que se cambia de antes de la negociación, es una cuestión a valorar.

Valorar si lo que se ha conseguido merecía esas cesiones o no, está en la visión de un político. No hay nada gratis en este mundo; el valor y el precio son las magnitudes a valorar. Lo que es inadmisible, es rendirse ante una dificultad, y descartar los propósitos programados. La política es lucha; lucha por conseguir unos objetivos; objetivos acordes con la ideología y el programa de un partido. La consecución de esos objetivos es lo que hay que valorar.

Dialogar y pactar, sí. Pero hay que tener en cuenta, que para que el diálogo y el pacto sean eficaces, deben estar acompañados de una fuerza que no todos la tienen. Una fuerza que nace de un proyecto claro. Si no hay un proyecto es muy difícil que el diálogo llegue a pactos. Debe haber un proyecto basado en un ideario de fuerte convencimiento; y que a la vez sea confesable, porque beneficia a la mayoría social. Los avances sociales son la mejor plataforma para un diálogo constructivo que conduzca a un pacto beneficioso para ambas partes.

Pero no basta con el proyecto, debe ir acompañado de otros condicionantes. No se puede dialogar cuando se ha estado permanentemente anclado en una posición de enfrentamiento continuo y excluyente; no se puede dialogar sobre temas en los que solo ha habido negacionismo. Para dialogar hacen falta, experiencia política, empatía y respeto al diferente; hacen falta argumentos sólidos, sin recurrir al insulto, al bulo y la desinformación. Sin estos requisitos se hace muy difícil el diálogo y el pacto; y sin ellos la política de avances sociales que necesitan los ciudadanos, no tendrá nunca sentido. Proyecto y actitud, y sin ambas cosas, nunca podrá haber diálogo y pacto; Sin proyecto y actitud, la “política” no tiene sentido.

http://juliocasarrubios.blogspot.com

Dialogar y pactar