domingo. 14.09.2025

República y Transición

El pasado jueves, estaba viendo el último capítulo de la serie “La conquista de la democracia” que ha emitido Televisión Española. Hoy disfrutamos de una democracia consolidada, como las más avanzadas, aunque la iniciáramos más tarde que otras. La serie refleja con toda claridad, “que no fue tarea fácil”. Los que se opusieron, eran menos; pero tenían mucha fuerza y una tremenda determinación de impedirlo. Programas como este deberían prodigarse más. Las generaciones presentes y futuras tienen que tener conciencia clara de que, lo que tenemos ahora, hubo una época, en que no lo tuvimos.

La historia de los pueblos no puede esconderse en el baúl de la ignorancia. El pasado es aleccionador. Y los responsables políticos, de izquierda y de derecha, que estén convencidos de esta necesidad, deben poner todo su empeño, para que no quede en el olvido. Con series como esta, con programas educativos, con materias curriculares en todos los niveles de la enseñanza. Como sea; pero la historia siempre presente. Quienes se oponen a esto, se están oponiendo a la democracia.

La idea de enseñar permanentemente nuestra historia, es lo que me mueve a escribir este artículo. Pero además hay una consideración, que me ha venido a la cabeza, al coincidir el aniversario de la proclamación de la Segunda República con el de la Transición a la Democracia. Aunque sean dos acontecimientos separados casi 50 años, los dos tienen algo en común. Los dos han sido movimientos en los que la izquierda y la derecha se unieron para establecer la democracia como método de convivencia pacífica y de progreso.

No ha sido, izquierdas contra derechas, ha sido el enfrentamiento de los que buscan la convivencia en paz y el progreso, contra los antisistema que se oponen a todo lo que signifique eso: avanzar en el entendimiento, en la pluralidad y en el respeto. La diferencia es que el primero fracasó y el segundo ha triunfado. Pero el enemigo de la convivencia en paz, del entendimiento, del progreso, del dialogo y el acercamiento, sigue estando ahí, en España y fuera de España. Como siempre. La unidad de todos los demócratas, de izquierda y derecha, con sus diferencias, debe imponerse, como objetivo superior, con una clara determinación, sin dudas, sin ambigüedades.

http://juliocasarrubios.blogspot.com

República y Transición