¿Qué haría usted si se encontrara un bolso con 344 euros en su interior y sin ningún tipo de documentación? El matrimonio que lo encontró lo tuvo claro. Cuando paseaban por la calle Pacheco de La Solana, a las 13:45 horas del sábado 13 de marzo, se toparon con el bolso de mano tirado. El objeto hallado contenía 344 euros en billetes y monedas. No había nada más, o al menos algo que identificara al poseedor del mismo. Lejos de quedarse con el botín, se dirigieron a las dependencias de la Policía Local de La Solana para entregar lo encontrado. Un acto de buena fe de los que no abundan en estos tiempos.
Tres cuartos de hora después, a las 14:27 horas, una mujer se personó en la jefatura acreditando haber perdido tal cantidad de dinero, por lo que los agentes hicieron entrega de sus pertenencias. Gracias a la aplaudida acción del matrimonio, la mujer pudo recuperar el bolso y, por supuesto, el dinero.
Nuria Peinado y su marido Félix volvían a casa después de tomar el aperitivo. Unos metros antes de llegar al hogar encontraron el bolso en el suelo “vimos una cartera vieja en el suelo y la primera reacción fue darle un puntapié”, confesó la mujer a Radio Horizonte La Solana. En el momento de darle la patada, comprobó que la cartera pesaba “entonces la abrimos y vimos que contenía dinero en billetes, así que decidimos llevarlo a la Policía porque no llevaba ninguna identificación”.
Según indicó, su marido supuso que el dinero correspondía “a alguien que va cobrando recibos, según estaban clasificados los billetes”. Efectivamente, la cantidad encontrada pertenecía a una cofradía de la localidad “imagínate el disgusto de esa persona que ha cobrado los recibos y pierde el dinero”, apostilló. La pareja se puso en el lugar del cobrador: “Si se me pierde a mí, me hubiera gustado que me lo devolvieran y pensamos en el disgusto que tendría”.
Tras depositar el objeto encontrado en la jefatura de policía, volvieron a casa. En el lugar donde la hallaron había dos chicas con cara de preocupación “les preguntamos qué les pasaba y nos dijeron que habían perdido la cartera, a lo que les respondimos que la acabábamos de entregar a la policía”. Peinado dijo que les cambió el semblante “las pobres estaban descompuestas con el disgusto que tenían, lo agradecieron muchísimo, y aunque no se debe, nos dimos un abrazo porque conozco a una de ellas”.
Por fortuna, la angustia de las cobradoras no duró mucho “el susto les duró media hora y al final dieron con el dinero, nosotros hicimos lo que debíamos hacer, lo vimos muy claro”, concluyó.
