 
              
      Francisco Esteban Verdejo
    
    16 de agosto de 2022, 17:46
  
                En familia aprendiste a solfear
y a tocar el piano con pulcritud,
para luego a una inmensa juventud
enseñarle a musicar y cantar.
Tu jubilación no fue descansar,
pues te dedicaste con prontitud
a llevar la coral con rectitud
para lograr sus notas sin fallar.
Ahora tus exalumnos podremos
percibir bellos ecos celestiales
cuando al inmensomanto azul miremos.
Y es que tus enseñanzas presenciales
desde ese etéreo mundo escucharemos
brillando tus dotes excepcionales.
 
             
              
 
       
         
               
               
               
               
               
               
               
              