lunes. 17.02.2025

Trump sigue haciendo televisión

“Vamos a lanzar los astronautas al espacio para que lleven nuestra bandera a Marte” dijo Donald Trump el pasado 21 de enero. Suponiendo que los astronautas lanzados lleguen a Marte y que los susodichos astronautas claven la bandera de Estados Unidos en ese astro, ¿significaría algo más para los terrícolas que ensanchar en términos galácticos la vanidad del nuevo Presidente? ¿Han tenido en cuenta los tecnólogos la posibilidad de que puede que en Marte la bandera no ondee con la misma gracia y donaire con que suele ondear en la Tierra? Posteriormente, después de la ceremonia, el Presidente se dispuso a firmar decenas de Órdenes Ejecutivas reprimiendo la inmigración, ese fenómeno que él denomina “invasión”. Para ello, según afirmó, “devolverá millones y millones de delincuentes a los países de donde vinieron” y el público se levantaba aplaudiendo, de manera que convirtió su discurso de investidura en un `no parar´ de aclamaciones y parabienes.

“La era dorada empieza ahora. A partir de hoy Estados Unidos va a florecer” Afirmaciones en las que subyace el victimismo con que ha impregnado a parte de la población del país. Y es que no puede haber un Salvador si no hay un pueblo al que salvar. Para salvar a alguien, primero hay que hacer que se sienta víctima de algo. Así es como toda la vida han bajado de los cielos los salvadores de las patrias. En este caso, los votantes del Presidente florido se han creído víctimas de los migrantes, del progresismo, del igualitarismo y, sobre todo, víctimas de la inseguridad. Por eso Trump no deja de insistir en que él traerá la seguridad a la nación.

Por cierto, Trump firma como los Reyes antiguos, o sea, con pluma y letras enormes. Congregó en su toma de posesión a los otros reyes de las empresas tecnológicas que gobiernan el mundo virtual, pero él no usó la firma digital. El ceremonial de la firma gigantesca y de trazo grueso es una escenificación del mando: yo firmo, yo mando, yo os salvo. Además, realizó su toma de posesión al dictado diciendo que “juro solemnemente desempeñar fielmente el cargo de Presidente de Estados Unidos y, en la medida de mis posibilidades preservaré, protegeré y defenderé la Constitución de los Estados Unidos. Que Dios me ayude” El juramento quedó vacío de contenido desde el momento en que protegerá la Constitución “en la medida de sus posibilidades”, resultando que su intención es de tener más bien pocas posibilidades. Pero posteriormente y para nuestra tranquilidad, dijo “que Dios me ayude”, deseo que compartimos los terrícolas con intensa fruición.

Por cierto, que el cantante vocal de Village People, Víctor Willis, desafinó algunas notas de esa emblemática canción con mensaje: “¡Chico¡ hay un lugar al que puedes ir y encontrar muchas formas de pasar un buen rato” Y mientras sonaba la pieza, Donald movía las manillas con su simpático gesto.

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