domingo. 28.04.2024

Políticas de distensión

El Partido Popular no deja pasar ocasión para deslegitimar a Bildu. No les importa que Bildu esté declarado partido político con todos los derechos según sentencia del Tribunal Constitucional desde 2011. Nos puede gustar o no, pero los diputados de Bildu están sentados en el Congreso con todos los requisitos que marca un Estado de Derecho democrático. Pues bien, a pesar de todo, el Partido Popular no solo deslegitima a Bildu, sino que llega a deslegitimar al Gobierno por el apoyo recibido en votaciones encaminadas a la mejora del estado de bienestar.

El PP, a través de la persona de Pedro Rollán, senador y miembro de la dirección del partido, valoró la ley de vivienda que se aprobó en estos términos: "Los cimientos de esta ley se levantan sobre las cenizas del centro comercial Hipercor, con 21 muertos, cuatro de ellos niños; sobre los escombros de la plaza de la República Dominicana, donde fueron asesinados 12 guardias civiles; sobre los hierros retorcidos de la casa cuartel de Zaragoza, donde se arrebató la vida a 11 personas". El colmo de estos días ha sido tratar de relacionar a Pedro Sánchez con el terrorismo de Hamás.

No pensaban así en tiempos de Aznar. “En el terrorismo etarra no debe haber ni vencedores ni vencidos”. “El gobierno iniciará una nueva política penitenciaria consensuada, flexible y dinámica”. “El Gobierno y yo mismo hemos autorizado un diálogo con el Movimiento Vasco de Liberación”. “Nos abrimos a la esperanza, al perdón y a la generosidad”. ¿Estuvo mal? No. El gobierno hizo bien en abrirse al diálogo para conseguir el fin último: “Lograr acabar con el terrorismo”.

La diferencia es que en aquellos tiempos no había una oposición “que tildara al presidente del Gobierno de traicionar a España, entregando el destino de los españoles, y el futuro de nuestra patria, al separatismo, a ETA, y a los amigos de Hamás”. Eso sí, cuando Zapatero continuó con la política de diálogo y distensión le acusaron de “traicionar a los muertos”. ETA ya no existe, pero todavía algunos la siguen utilizando para deslegitimar el Gobierno de Pedro Sánchez, que es el objetivo último y único que se han marcado. Las políticas de distención para poner fin al conflicto catalán deberían ser la prioridad de todos, como en su día lo fue acabar con ETA. ¿A cualquier precio? No. ¿Alguien pone en duda de que el Gobierno va a actuar en el marco de la Constitución?

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