jueves. 25.04.2024
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El domingo fallecía en Córdoba a los 93 años de edad el conocido aficionado taurino valdepeñero Juan Antonio Pozo Laderas, decano de la información taurina, que a su profesión de peluquero unió una gran afición que le hizo probar fortuna en las plazas de toros en la década de los años cuarenta del pasado siglo.

Juan Antonio Pozo Laderas nació en valdepeñas el 12 de febrero de 1927. Actualmente era  viudo de Dora Laderas García (esposa y prima). Tienen 3 hijos y precisamente con el mayor de ellos, Juan Carlos que ejerce la medicina en Córdoba se encontraba cuando falleció el pasado domingo, en donde por motivos de salud ya llevaba residiendo unos años.

Pozo se lanzó a probar suerte en los ruedos en la década de los años cuarenta del pasado siglo, siendo la plaza de Valdepeñas en la que más tardes realizó el paseíllo, si bien también toreó en agosto de 1944 en Córdoba, ciudad en la que entregó su alma al altísimo, la cuna del monstruo Manuel Rodríguez “Manolete” y de otros grandes califas del toreo.

Tras su regreso del servicio militar que realizó en Sevilla, en donde continuó ligado al mundo del toro, optó por coger el primer tren con dirección a Valdepeñas y con la licencia militar en el bolsillo, colgó sus ilusiones toreras en el armario de su casa.

Juan Antonio Pozo alternó entre otros del momento con Antonio Sánchez, Curro Caro y Pablo Lalanda, logrando una tarde de éxitos

Mantuvo infinidad de amistades con las máximas figuras del toreo, destacando sobre todo la gran vinculación con la familia Bienvenida, y con sus cuñados y primos, Juan Antonio y Jesús Laderas García.

Contribuyó con la organización de numerosos festivales benéficos con la famosa “Operación vino”, con la presencia de grandes artistas y toreros, siendo Radio Juventud de Valdepeñas con el inolvidable Matías Sánchez-Carrasco Calabria el hilo conductor, propiciando entre otras obras benéficas, la construcción de los bloques de pisos de la salida del Peral en la carretera de La Solana.

Colaboró con diversas publicaciones taurinas, y desde su jubilación en la peluquería, con el semanario Canfali y posterior Jaraíz, en donde ejerció la crítica por derecho y nos aportó multitud de reportajes y vivencias.

En cuanto a su primitiva profesión, la de la peluquería, que luego la convirtió en definitiva, su establecimiento de la calle Real,  llegó a crear Escuela, y según palabras del fallecido “aunque menos lucrativa, siempre la concebí más segura”.

Descanse en paz el maestro, el hombre ejemplar, el novillero culto, elegante en sus andares y en el vestir, que entre otras virtudes tuvo la de una exquisita educación, la de saber estar en todo momento, hasta en el momento de la muerte.

Sonaron enlutados clarines y timbales por la muerte del maestro.

Cuando haya llegado al cielo, tras pedirle sus credenciales, le habrá preguntado San Pedro ¿Quién torea esta tarde Juan Antonio en el ruedo celestial? ¿De quién son los toros que se van a lidiar?. Y el maestro, Juan Antonio, le habrá respondido: “torean los ángeles y para mí ha sido el último toro de mi vida, y son de la ganadería de la gloria” 

A toda su familia, nuestro más sentido pesar, al maestro Juan Antonio, el sincero recuerdo de hombre bueno y cabal.

Firmado: Ángel López Sánchez (Periodista)

Día de luto por la muerte del recordado Juan Antonio Pozo Laderas, taurino ejemplar