Este lunes el Valdepeñas anunciaba el fichaje del serbio Jovan Lazarevic, un jugador diferencial que si consigue estar al cien por cien puede ser clave de cara a la recta final de la temporada. Tiene 24 años y en su ficha aparece como pívot, pero se puede decir que es más ala diestro que pívot. Ha llegado procedente del Tyumen ruso por aquello de que todos los jugadores no nacionalizados allí podían fichar por otros equipos sin necesidad de estar abierto el mercado, como ha sido el caso de la marcha de Esteban al Sporting de Portugal o de Fer Drasler al Jimbee Cartagena.
Ha llegado al Viña Albali en la recta final de la recuperación de una pubalgia que arrastra desde la Eurocopa de Países Bajos en la que solo pudo jugar un partido y fue en la victoria de su selección ante la anfitriona por 2-3. Desde entonces arrastra molestias que, de momento han hecho que el jugador se quiera cuidar para no agravar la lesión, por la que no ha querido pasar por quirófano. El último encuentro que jugó -y en el que forzó para volver- fue ante el Gazprom el pasado 19 de marzo en las semifinales de la Copa de Rusia, donde su equipo perdió en casa 3-4. Algo que ilusiona con que pueda estar listo incluso para esta Copa de España, aunque es poco probable, ya que el Viña Albali quiere contar con él en su plenitud para la Copa del Rey y unos hipotéticos Playoffs de liga.
Pese a su corta edad ha jugado ya en 7 equipos de países diferentes (contando al Valdepeñas). En juveniles comenzó en el First Vienna austriaco. En la 2017-18 se marchó al Ekonomac serbio donde estuvo una campaña. La siguiente temporada la jugó en Portugal en el Burinhosa. Un año después recaló en el Mostar bosnio. El año pasado estuvo en el Halle-Gooik belga. Y este año ha jugado en el Tyumen ruso, hasta recalar desde hace unos días en las filas de David Ramos.
Es un jugador de mucho nivel que mostró su gran poderío y disparo en el Mundial de Lituania, donde metió cuatro goles en cuatro partidos y le endosó dos tantos a la que posteriormente sería la campeona, Portugal. Sabe lo que es la Champions, ya que la ha jugado con el Tyumen y el Mostar. Una amenaza continua para los defensas y los porteros rivales. Tiene muy buen golpeo con ambas piernas y es muy desequilibrante. En un principio se quedará hasta el final de esta temporada, pero si obtiene la carta de libertad de Tyumen de aquí a que acabe su contrato en Valdepeñas, los azulones tienen mucho camino hecho para quedarse con el serbio.
