jueves. 25.04.2024

Desde los primeros días de noviembre, el párroco de San Juan, Rubén Villalta, y varios colaboradores han trabajado cada noche en los preparativos de un belén, que un año más vuelve a sorprender por su espectacularidad. Figuras de tamaño medio, en las que conviven las escuelas belenísticas de Olot y Murcia, se disponen a lo largo de un paisaje abrupto, definido por las grutas, las peñas y los desfiladeros, todo con materiales naturales.

Es esa ambientación no habitual, que ensalza el paisaje y nos traslada a los orígenes de la tradición belenística, lo que destaca en este Belén del popular barrio del Lucero.

Fue San Francisco de Asís, en Roma, en 1223 quien realizó el primer Belén, dentro de una cueva. Carlos III importó esta tradición de Italia, con las primeras figuras napolitanas. Las piezas que pueblan el Belén de la parroquia de San Juan heredan aquella estética original.

La imponente maqueta cumple una función estética, pero también la didáctica de mostrar el hecho del Nacimiento de Jesús y aproximar a la Navidad.

Aunque todo parece alterado en este final de 2020, no es preciso renunciar a celebrar la Navidad, solo que prescindiendo de muchos usos y costumbres de cada año.

Hay cosas que no cambian: el Belén del Lucero ya luce en la Parroquia de San Juan