
El próximo día 22 de junio, en Cáritas celebramos el día de la Caridad, el día del Corpus Christi, y nos proponemos animar y promover el compromiso de la comunidad cristiana y de la sociedad en general con la defensa de la dignidad de las personas más pobres y vulnerables y sus derechos. La fiesta del Corpus Christi, nos sitúa en el centro de la espiritualidad cristiana.
“Mientras haya personas hay esperanza” es el lema que Cáritas presenta en la campaña de Caridad de este año 2025 en el marco de este Jubileo de la Esperanza que fue convocado por el Papa Francisco con el anhelo de contagiar y animar la confianza en la vida y en todas sus posibilidades de bien para creyentes y no creyentes. Su llamada nos convierte en peregrinos de esperanza, una esperanza que nace del amor que Dios nos tiene y que se encarna en la vida, muerte y resurrección de Jesús, a quien seguimos.
En verdad vivimos días en los que necesitamos reavivar la esperanza y la confianza en el devenir de la vida. La realidad social que viven las personas, los seres humanos que habitamos la Tierra, cada vez es más frágil y vulnerable. En diversos puntos del planeta existen éxodos masivos que están vaciando poblaciones enteras de los territorios y que son expulsadas a la intemperie, a espacios inhóspitos donde el sentido de pertenencia también se vacía. Estos éxodos que tienen su origen en la falta de recursos para vivir, en situaciones de violencia extrema o en desastres climáticos cada día más agresivos y descontrolados, generan un movimiento migratorio que los Estados se ven incapaces de reconducir y gestionar.
El problema generalizado del acceso a la vivienda se ha convertido para las personas más pobres en un problema de emergencia social al hacerse prácticamente imposible que puedan acceder a una vivienda digna.
Las posibilidades de acceder a un empleo que dignifique el desarrollo personal y facilite la posibilidad de iniciar proyectos vitales para el caso de la población más joven, no son ni mucho menos de igual forma para las personas con menos recursos y más vulnerables.
Las personas migrantes que llegan a nuestro país se enfrentan a importantes dificultades económicas y sociales que les impiden integrarse en la sociedad. Muchas de las personas y familias al completo que llegan a Cáritas demandando apoyo y ayuda, viven situaciones verdaderamente dramáticas que son difíciles de resolver en el corto y medio plazo.
El lenguaje sobre la esperanza no pertenece a los que hablan de ella, sino a los que sufren; de esta forma, descubrimos en el día a día de la acción de Cáritas, en la misión de estar junto a los más pobres y necesitados, que es ahí mismo donde se va gestando una esperanza a veces invisible que brota del dolor, de la pobreza y del sufrimiento. Brota en forma de anhelo, de lucha, del esfuerzo de querer salir adelante y encontrar alguna oportunidad para alcanzar una vida diferente, una vida que implique recuperar derechos y restaurar la dignidad humana herida.
Llamada a la acción y al compromiso
Cáritas Valdepeñas hace una llamada a la sensibilización y a la acción, quiere ser espacio, oportunidad de acogida y encuentro, para hacer visible el amor de Dios en cada acción. Para ello, en nuestra localidad a lo largo de 2024, hemos contado con 70 personas voluntarias y han sido atendidas 648 personas; los recursos invertidos han sido de 329.983 €, destacando el gasto en los programas de “acogida y seguimiento familiar”, “personas sin hogar” y ayuda a la emergencia de la DANA de Valencia.
La celebración del Corpus Christi, Día de la Caridad, se celebra el domingo, pero ya el sábado pasado los voluntarios de Valdepeñas salieron a las calles para realizar su tradicional mesa de cuestación. Cáritas nos invita a comprometernos, a caminar junto a quienes más lo necesitan, a ser portadores de esperanza con gestos, tiempo, presencia y nos anima a hacernos socios para seguir manteniendo las ayudas prestadas.
Damos las gracias a todos nuestros socios, donantes, colaboradores, empresas, instituciones y administraciones que confían y apoyan nuestra labor.