Señoras y señores, tomen asiento, enciendan cualquier dispositivo electrónico y disfruten del alumbramiento.
Nueve meses de gestación, con sus ilusiones y sus miedos, barajando posibles nombres antes de verle la carita.
Demasiadas imágenes mentales: “¿Será atractivo? ¿Hablarán bien de él cuando lo conozcan? ¿Lo estaré haciendo bien? … Demasiadas preguntas, que por fin, van a tener respuesta.
Pero, ¡ay, amigos! Esto de la paternidad no acaba el día del parto, esto es para siempre. Un compromiso adquirido que te obliga a ser mejor cada día, a cuidar de tu hijo y mimarlo pero también a educarlo y enseñarlo a portarse bien con los demás, sobre todo, a no mentir: El niño que miente hace daño.
Los padres deberíamos ir a una escuela para saber ser padres; deberíamos sacarnos un carnet o algo así que nos acreditara como tales. Podría ser un carnet por puntos como el de conducir: si lo vas haciendo bien, mantienes los puntos, si no, los pierdes y si te pasas de torpe, quizás no sea lo único que pierdas. Y pueden pensar, ¿quién tiene la potestad para decidir si lo estás haciendo bien o mal? Los hijos. Su comportamiento habla sobre el nuestro como padres.
Nosotros hemos ido a la escuela y a la universidad para ejercer ese derecho pero, aun así, tenemos la incertidumbre y los nervios de padres primerizos.
Le hemos educado, y seguiremos haciéndolo, en la verdad, en la transparencia, en la elegancia, en el compromiso, en la humildad, la imparcialidad y el servicio a los ciudadanos.
Espero sepan perdonar nuestro atrevimiento e inevitables errores y acojan de buen agrado a nuestro niño, al que hemos llamado Valdepeñas Digital.