viernes. 29.03.2024

A las puertas del mes de agosto, los viticultores de Valdepeñas se preparan para la vendimia, que arrancará a vuelta de dos o a lo sumo tres semanas, con las variedades tempranas. La incertidumbre este año para el agricultor, es doble: a la incógnita habitual sobre el precio al que cobrarán su cosecha se suma la de no tener garantizado la venta de la uva como de denominación de origen, al haber desaparecido la Interprofesión.

En el sector de productores se vuelve a hablar, un año más, de descenso de la cosecha en las variedades mayoritarias Airén y Tempranillo, por la escasez de lluvia principalmente. Entre los viticultores, el objetivo es, cuando menos, que no se reduzca la valoración de sus cosechas en relación con el año anterior.

En la reducción de cosecha puede haber influido, en alguna medida, enfermedades como el Oidio o el Acedo, que secan la planta y merman su producción.

Los productores de vid tienen también presente que sin una venta del vino a un precio rentable, malamente van a percibir un precio razonable por la materia prima. La buena marcha de la exportación, tanto en volumen como en valor, será también este año un argumento a favor de los agricultores para defender el valor de sus cosechas.

Los mensajes llamando a la calma, tanto desde la Consejería de Agricultura de Castilla La Mancha, como desde las organizaciones agrarias, ante la incertidumbre que provoca la disolución de la Interprofesional de la Denominación de Origen Valdepeñas, no acaban de tranquilizar a los productores de uva, que no ven garantías de que su cosecha pueda venderse este año, bajo D.O. Venderla como de mesa puede suponer cobrar hasta un 40 por ciento menos en el caso de la uva tinta Tempranillo.

La entrega de la uva previo contrato cerrado con precio incluido es la recomendación de las organizaciones agrarias a los viticultores, tal y como lo prescribe la Ley de la Cadena Alimentaria.

A dos semanas de la vendimia, los viticultores de Valdepeñas no saben si venderán su...